«I’ve been hopelessly lost in the fear. Are you for real?»

¿Es ridículo que luego de casi un año completo sin usar la computadora ya no recuerde como escribir una entrada en mi blog?

He estado revisando algunas entradas azarosas de hace unos diez años, y definitivamente mi vocabulario era algo fantástico.

Este debería ser el blog de los recuentos. Procuraré que ésta entrada no sea tan larga, aunque realmente no tengo idea en específico de qué me gustaría contar o que estado de ánimo quiero mostrar.

2016 casi termina, y ha sido un año que ha conllevado bastantes pérdidas.

Sería inútil de mi parte intentar enumerarlas todas. Ya se han hecho muchas listas.

El que me hizo pensar que sería un año triste fue mi adorado David Bowie. Y aquí hace falta que mencione una pérdida previa para que tenga más peso.

El domingo 28 de septiembre de 2014, aproximadamente a las 13:30 horas, mi Padre, el Ingeniero Agrónomo Fitotecnista, José Adolfo Balderas Betancourt falleció. Me gustaría decir que ya lo superé, la verdad es que lo extraño muchísimo. Hay veces en que extraño sus quejas, o veo cosas que le gustarían y mis pensamientos vuelan en su dirección.

La muerte de David Bowie es algo que hubiéramos llorado juntos. Y en lugar de eso, esa noche lloré por ambos.

Éste año tenía planes. Pocos, hice una lista bastante corta de propósitos «sencillos» que a la larga no cumplí al 100%

  1. Ver algo majestuoso
  2. Ingresos sin estrés
  3. No renunciar a cosas que creo merecer / necesitar
  4. Viajar
  5. Mejorar mi Salud

Relativo al punto 1, no recuerdo algo concreto que haya visto que me haya maravillado, aunque los amaneceres, puestas del sol y lunas llenas son algo que me siguen emocionando profundamente.

Del punto 2 fallé miserablemente, sobre todo por perpetuar un error común: esperar que las cosas me caigan en el regazo sin buscarlas, y por ello, el único trabajo que tuve no me satisfizo. Creo que no es un mal trabajo, simplemente no era el momento apropiado,

No renunciar a cosas, fue algo adaptado a cosas que creo merecer a cosas que son buenas para mi ante cosas que son necesarias de vez en cuando. Por eso continué mis terapias con la psicóloga pero suspendí los masajes.

Esto se liga perfectamente con el punto 5; mejorar mi salud. La terapia a final de cuentas es salud mental. Me encantaría que todo mundo lo comprendiera y no siguiera considerando la terapia con esa mentalidad tan excluyente.

Y por último: Viajar.

No viajé como me hubiera gustado. Aún deseo fervientemente conocer la playa y ser capaz de recordarlo. Pero cosas como el viaje a Rayones en la Reunión de la Familia Farías 2016 y conocer por fin la Feria Internacional del Libro me dejan estupendos recuerdos.

No hay nada mejor que la Familia. Y saber que estás expandiendo lentamente tu familia nuclear pues es… interesante.

Honestamente nunca me imaginé que a esta edad mi vida sería así. Si pudiera tener entereza para afrontarlo y sentirme cómoda sería mucho mejor.

Asumo que soy feliz así. Como siempre, podría serlo más, pero ya me corresponde trabajar en los detalles. Creo que para el año próximo me enfocaré en más cosas -Aprender a manejar completamente bien, ponerme brackets, hacer alguna forma de ejercicio de manera más constante- pero ya veremos qué sucede.

No haré promesas vanas, no diré que escribiré pronto, porque no estoy segura de ello. Por el momento esto me ha servido como ejercicio y práctica. Veremos qué nos ofrece 2017.

Que pasen una muy bendecida Navidad y un muy feliz Año Nuevo en compañía de quienes aman y los aman, y que éste 2017 traiga oportunidades a su puerta.